domingo, 25 de agosto de 2013

Noticias del espacio XV. El día en que la Tierra sonrió.



Crédito de la imagen:  NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute.


  En esta excepcional imagen tomada el 19 de Julio de 2013, la cámara gran angular de la nave espacial Cassini, de la NASA, ha captado los anillos de Saturno y nuestro planeta Tierra con su luna en el mismo encuadre. Esta es solo una de un mosaico de 33 imágenes que cubren el sistema de anillos de Saturno al completo (incluyendo al propio Saturno). En cada toma, las imágenes fueron obtenidas con diferentes filtros de espectro hasta alcanzar un total de 323 imágenes: algunas fueron tomadas con fines científicos y otras para crear un mosaico en color real. Esta es la única toma de gran angular que contiene la imagen del sistema Tierra-Luna.
  La cara oscura de Saturno, su brillante limbo, los anillos principales, el anillo F y los anillos G y E son claramente visibles. El limbo de Saturno y el anillo F están sobreexpuestos. Las interrupciones en el brillo del limbo de Saturno se deben a las sombras de los propios anillos en el globo planetario, que impiden el brillo de la luz solar a través de la atmósfera en esas regiones. Los anillos E y G han sido aclarados para una mejor visibilidad. La Tierra, que se encuentra a 898 millones de millas (1.440 millones de kilómetros) de distancia en esta imagen aparece como un punto azul en la zona del centro y a la derecha (en la versión no glosada: unannotated version); la luna puede apreciarse como un ligero abultamiento en su lado derecho. Una flecha indica su localización en esta versión de la imagen (annotated version. Las dos son claramente visibles como objetos separados en otra composición de imágenes: PIA 14949). Los otros puntos brillantes que se aprecian en los alrededores son estrellas. Esta es solo la tercera vez en que la Tierra ha podido ser fotografiada desde el Sistema Solar exterior. La obtención de esta imagen, junto con las composiciones de pequeño y gran angular de imágenes de la Tierra y la Luna y el mosaico completo de donde estas han sido extraídas, representan un hito, ya que por primera vez los habitantes de la Tierra sabían con anterioridad que su planeta iba a ser fotografiado. Esta circunstancia permitió a gente de todo el mundo reunirse en eventos sociales para celebrar la ocasión.

martes, 20 de agosto de 2013

La biblioteca oculta de Zöor (XI): Un mundo por descubrir (I)




Lisboa, 6 de Abril de 1482

Querido y admirado amigo:

  Creo llegado el momento de haceros partícipe del proyecto que he ideado y que llevo madurando desde hace varios años. Seguramente os parecerá una locura, pero os aseguro que, después de todo este tiempo meditando sobre la posiblidad de realizarlo y habiendo reunido toda la información que he podido para apoyar la viabilidad de dicha empresa, estoy casi convencido de poder llevarlo a cabo.
  No obstante, creo imprescindible contar con vuestro apoyo y consejo dado que sois mucho mejor conocedor que yo de las disciplinas científicas que se ven implicadas en su realización.
  Antes de revelaros mis intenciones y para que no os escandalicéis por mi osadía o ignorancia, os pondré en antecedendentes de las averiguaciones que he realizado y que, como antes he indicado, me han reafirmado en la posibilidad de realizar dicha empresa. Por supuesto, espero de vos que, si descubriérais algún error de bulto o inexactitud en mis apreciaciones, me lo comunicaráis lo antes posible para sacarme de mi confusión.
  En primer lugar, no creo decir nada nuevo si afirmo que, a pesar de las creencias y leyendas populares, basadas sobre todo en antiguas mitologías sin ninguna base empírica, hoy en día no se puede dudar de la esfericidad de nuestro mundo. Ya lo dijeron muchos sabios de la antigüedad como Parménides, Hesíodo o Pitágoras. Pero fue Aristóteles quien justificó ampliamente esta teoría fundamentándola en hechos tangibles como la redondez de la sombra terrestre que se aprecia en los eclipses lunares y el hecho reportado por muchos viajeros de la época que observaron, cuando se desplazaban hacia el sur, la aparición en el cielo de estrellas que no eran visibles desde latitudes más altas.

domingo, 11 de agosto de 2013

Comentarios. 2010, Odisea dos (I). Radiotelescopios gigantes y naves a la deriva



  


  Tengo por costumbre releer, en los ociosos días veraniegos, algunos de los libros de ciencia ficción que, en su momento, me fascinaron o, al menos, despertaron en mí algún interés. Repaso, pues, la inolvidable 2010, Odisea Dos, del maestro Arthur C., secuela de la hasta ahora no superada -bajo mi humilde punto de vista- , "2001, una odisea en el espacio", ampliamente comentada y elogiada en este sitio.
  Uno de los aspectos que más llamó mi atención, ya en la primera lectura, fue el buen trabajo de transición y continuidad realizado por el autor para que ambas obras -original y secuela- tuvieran un cierto sentido de unidad y coherencia. Algo difícil ya que durante muchos años los padres de la "proverbial buena película de ciencia ficción" insistieron en que esta era una obra cerrada y completa. Pero la presión de un público ávido de respuestas y unas compañías editoriales ávidas de ganancias pudo más que la vieja convicción y determinaron que el veterano Arthur claudicara y accediera a escribir la dichosa secuela. Y a fe que no lo hizo mal del todo. Hasta el punto de que le cogió gusto y escribió otras dos (2061, odisea tres y 3001, odisea final) que quizá ya no tuvieron tanto impacto ni tanta calidad. Pero en fín, esto hace aumentar el cúmulo de anécdotas y leyendas en torno a lo que fue una de las obras primordiales (insisto: no solo de la SF, sino de la literatura y el cine en general) del pasado siglo XX.
  No pienso lo mismo, sin embargo, de la película que se basó en la novela (2010: The Year We Make Contact, Peter Hyams, 1984), que, siendo un film correctísimo y que se ve con comodidad y agrado, y que reune muchas de las características del buen cine de ciencia ficción con una narrativa fluida, unos efectos especiales o visuales moderados y acordes a la trama, etc...falla precisamente en esa sensación de continuidad con la obra precedente. De hecho, una de las críticas que personalmente expresé tras un primer visionado, allá por su estreno, era que la estética del film era demasiado actual (con respecto a  lo que era la astronáutica de la época, pareciendo por ello que se reflejaba una época más antigua que la del film primigenio, en lugar de posterior al mismo. De hecho, si en la ficción solo habrían transcurrido nueve o diez años, los cambios estéticos no deberían haber sido tan drásticos (me refiero al diseño y ambientación de naves, trajes de astronauta, vestuario y atrezzo en general. También eché de menos, por supuesto el que una vez abordada la Discovery por la tripulación internacional del la Leonov, no apareciera la gran sala centrífuga (solo aparecen la cala de las cápsulas y la cabina de mando). Comprendo que hubiera sido muy dificil reconstruirla, pues la original se habría deteriorado o perdido, pero quizá habría merecido la pena para reconquistar ese sabor que solo “2001…” tuvo.

domingo, 4 de agosto de 2013

Intro XXVII



    Cuando desperté, me llevé un sobresalto mayúsculo y creí que me precipitaba al vacío. Instintivamente, mis manos buscaron algo a lo que asirse pero, rápidamente, la lucidez vino en mi auxilio y comprendí que, evidentemente, no caía, que algo me sujetaba. Miré a mi alrededor y entendí la causa de mi primer sobresalto. Me hallaba tendido de bruces dentro de una especie de cubo de un material transparente, suspendido sobre la vasta cavidad central de aquella cueva a la que una serie de caprichosas circunstancias me habían llevado. El cubo parecía flotar ingrávido en las alturas, pues no se observaba ningún mecanismo que lo mantuviera en aquella posición. Me incorporé a medias y ví a X acuclillado junto a una de las aristas del cubo, de espaldas a mí.

  -Eh, ¿qué ha pasado, qué hacemos aquí?

  Sin volverse, me respondió:

  -Estamos detenidos, o arrestados, como decís vosotros. Has cometido lo que podríamos llamar una falta grave, una acción insultante para con nuestros soberbios anfitriones. Pero me parece lógico. No te puedes presentar en casa de alguien y liarte a mamporros.

  -Yo no me he liado a mamporros -interrumpí con vehemencia-, simplemente sentí miedo.

  -No. Sentiste asco. Ya sabías que no había motivo para el miedo, pues viste que a mí no me pasó nada. El problema es la repugnancia que te producen estos seres. Y ellos lo han notado. Y se han sentido insultados.

  - No puedo evitarlo. Son como arañas. Y en mi cultura, la fobia a las arañas es algo muy habitual -repuse a modo de defensa-.

  - Siempre tan provinciano y egocéntrico. ¿Crees que al Universo le importan vuestras estúpidas fobias culturales? Cuando uno se adentra en el Cosmos debe abandonar todas esas tonterías. Estas criaturas son más inteligentes y evolucionadas que tú y que yo. Por eso dependemos de ellos para ciertas tecnologías. La clave del progreso es la colaboración entre las distintas razas y especies, pues cada una ha hallado soluciones independientes para situaciones diferentes. Ya te he hablado en otras ocasiones de la enorme diversidad de seres que acoge la galaxia. Y tienes que aprender a convivir con todos ellos, independientemente de su aspecto físico...