viernes, 12 de julio de 2013

La Biblioteca Oculta de Zöor (X)



   
  -El Proyecto Manhattan nos permitirá ser los primeros en disponer de armas nucleares, pero se trata de una carrera contra reloj, ya que rusos y alemanes estan involucrados a su vez en investigaciones similares.
  “Por otra parte, las informaciones que nos llegan de nuestros infiltrados en Peenemünde, nos alertan sobre grandes avances en la puesta a punto de cohetes o, como los llaman allí, bombas volantes”.
  Uno de los hombres sin rostro hablaba pausadamente, desgranando con lenguaje preciso y sin inflexiones el informe que su interlocutor estaba ávido de escuchar. La habitación, deliberadamente mantenida en casi total oscuridad, protegía el anonimato de ambos hombres. Estos  tenían un perfecto conocimiento mutuo de sus actividades y trabajos y se habían entrevistado en ocasiones anteriores, pero nunca habían mostrado su rostro uno al otro, ni dado a conocer sus nombres verdaderos. En caso de caer en manos enemigas, sería imposible que se delataran. Solo podrían dar un nombre en clave.
  El informador continuó hablando:
  -Los aliados, por tanto,  dispondrán de bombas atómicas que tendrán que ser lanzadas desde bombarderos convencionales, con el riesgo que ello implica. Pueden ser detectados y derribados. Ello obligará a seleccionar blancos no demasiado relevantes desde el punto de vista militar, lo que provocará un elevado número de bajas civiles. Esto puede dar lugar a  un debate político que perjudicará nuestra imagen.
  “Pero el peor escenario posible es el siguiente:
  Según parece, los alemanes pronto estarán en disposición de bombardear objetivos aliados desde las costas francesas con las V1 y V2: Londres y todo el sur de Inglaterra, a  apenas 300 km, están a su alcance. Y el siguiente paso será el misil intercontinental. Esta guerra va a ser muy larga. La Alemania nazi sacrifica a decenas de miles de jóvenes reclutas para conseguir tiempo, para prolongar la guerra hasta tener a punto un arma definitiva. Inalcanzable por los medios interceptores habituales el A9/A10, un supermisil de dos etapas, podría alcanzar Nueva York (y probablemente San Francisco, lanzándolo desde Japón) provocando no solo daños, sino también el pánico en la sociedad americana. Con ello quizá podrían  ganar la guerra. Pero de lo que no cabe duda es de que si, además, consiguen la bomba nuclear, nada podrá impedir su victoria”.
  “En la Biblioteca oculta hay libros que muestran como fabricar este tipo de armas y otros muchos.
Hablan del Apocalipsis a través de la guerra atómica, química o bacteriológica. El Führer siempre fue muy aficionado al ocultismo y al estudio de mitos ancestrales, pero desde que él y sus colaboradores más cercanos oyeron hablar de estos libros, están convencidos de que deben encontrarlos, pues en ellos hallarán las claves para la victoria”.
  El informador concluyó con estas palabras su preámbulo y se dispuso a escuchar las preguntas del otro hombre:
  -¿Y qué posibilidades hay de ello?
  -Los nazis están dedicando una ingente cantidad de recursos a este tipo de investigaciones -respondió el espía-. Tienen comandos mixtos (militares y técnicos) repartidos por todo el mundo. En Egipto buscan el Arca de la Alianza (que según algunos estudiosos de la Biblia es algún tipo de máquina alienígena), en Siberia tienen gente infiltrada buscando restos del objeto de Tunguska; también en las ruinas mayas e incas. Incluso algún descerebrado coronel SS está buscando la fuente de la vida eterna en Asia Central  para ofrecer una "larga vida al Führer", literalmente. Y ahora se estan moviendo hacia la selva amazónica.
  -¿Qué ha descubierto en torno al caso de La Biblioteca?
  -Durante casi cuarenta años un tal Profesor Weitzmann estuvo investigando sobre unos antiguos libros de origen desconocido que, de alguna manera, habían sido distribuidos por el mundo en épocas remotas. Estos, supuestamente, contienen información sobre tecnologías y hechos futuros y sobre cuestiones sobre las que la Humanidad en su conjunto no tiene conocimiento. Weitzmann encontró algunos de estos libros, a veces inocentemente camuflados en antiguas bibliotecas medievales, probablemente copiados por monjes ignorantes de su ancestral origen y significado. Cuando Weitzmann pudo, de manera incompleta seguramente, captar el significado de algunos de los textos, se dio cuenta de que tenía algo muy grande entre manos. Casi en secreto, dedicó el resto de su vida y energías a investigar y recuperar más de estos libros. Aquello se convirtió en una obsesión para él. Al final de su vida había conseguido reunir cientos, quizá miles de libros y comprendió que debía ocultarlos a la sociedad, porque temía que en su época podían representar un peligro para la misma.
  Weitzmann murió en 1905 pero al parecer dejó encargado a algún colega de su confianza la misión de ocultar la temible colección.

  He podido averiguar también que, unos años más tarde, un desvencijado mercante partió hacia Brasil con un cargamento aparentemente vulgar, pero que iba fuertemente custodiado por una tropa de mercenarios. Arribaron a Manaos, en el curso medio del Amazonas y a partir de  allí se pierde su pista, pero es fácil imaginar que remontaron el río en barcazas para más tarde internarse en la selva.
  Hay un curioso personaje, no muy conocido, pero que al parecer fue un hábil explorador de la selva amazónica, un tal Ludwig Zöor, que fue el encargado de comandar aquella expedición.
  -Por tanto, el siguiente paso de los alemanes será buscar el lugar donde se oculta la Biblioteca.
  -Si, y me temo que saben donde buscar, ya que la Gestapo consiguió arrestar e interrogar al menos a uno de los iniciados que colaboraron en su día con Weitzmann o alguno de sus seguidores. Supongo que no dudarían en emplear la tortura para conseguir la información.
  -¿Cómo estaremos al tanto de los avances del equipo que irá a Brasil?
  -Tengo a una persona infiltrada en el grupo. No ha sido fácil. Mis contactos en el Ministerio  de Propaganda han trabajado al límite. La suerte es que hay mucha gente en Alemania que en realidad odia a los nazis y todo el dolor que han traído a su país.
  - ¿Como podrá esa persona comunicarse con usted?
Evidentemente, yo también voy a ir. He formado un buen comando y los vamos a seguir de cerca. Ah, sé cual es su siguiente pregunta. Pero prefiero no hablar del coste de la operación. No creo que le gustara oirlo.

2 comentarios:

  1. Bueno, se supone que los nazis no encontraron la Biblioteca Oculta... una biblioteca que es un peligro para sí misma... interesting...

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    1. O quizá sí la encontraron...Pero es verdad lo que dices: es un peligro para sí misma, porque antes de caer en "malas manos"...

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