Comentarios. Aquellas viejas series.1.Perdidos en el espacio(I).

  Una de las series que mayor impacto tuvieron entre la gente de mi generación, cuando éramos niños allá por los años sesenta, fue, sin duda alguna, Perdidos en el Espacio, (Lost in Space, 1965-1968). No tengo un recuerdo muy claro al respecto pero creo que, a diferencia de Star Trek, que ha tenido una vida más larga y exitosa, Lost In Space era un producto más infantil, menos complejo y, quizá por ello, más efímero. Pero, aún así, opino que acreditó una serie de méritos que intentaré describir  en este artículo.

  Un proyecto fantástico.

  En 1964, Irwin Allen intentó vender a la Fox su idea de una familia viajera al estilo de los Robinsones suizos, obra de Johann Wyss, en la que se basa la serie que nos ocupa y cuya influencia se reconoce sin reparos en algunos detalles como el hecho de que la familia protagonista responda al apellido por el que se conocía al helvético clan (aunque en realidad los miembros de este no se apellidaban así, sino que toman este apelativo para hacer referencia al otro ilustre naúfrago de la literatura viajera: Robinson Crusoe).

  En un mundo superpoblado de un futuro  muy cercano (la acción se desarrolla en 1997) una serie de familias voluntarias van a ser enviadas a colonizar supuestos planetas habitables de nuestro entorno galáctico, siendo los pioneros de este proyecto la mencionada familia, que tiene como objetivo el sistema de Alpha Centauri. La idea gustó a los ejecutivos televisivos aunque no así el episodio piloto presentado, con lo que hubo que rehacer dicho episodio. Finalmemte la serie comenzó a emitirse en septiembre de 1965 en la CBS, que optó por ella en detrimento de la otra gran serie de SF de la época, la ya citada  Star Trek, que finalmente fue emitida por la NBC.

  En el primer piloto, que no llegó a emitirse, se presentan algunas de  las peripecias iniciales que llevan a los Robinson a su isla espacial. Una  lluvia de meteoritos, que desvía a la nave de su ruta, hace fracasar la misión original y consigue llevar la trama a donde interesa: una familia que naufraga en el vasto cosmos, muy alejados de su ruta y sin posibilidad de conocer su ubicación exacta, para a continuación desarrollar, a menor coste, en unos escenarios estables, y de forma dramatizada, las más o menos descabelladas y fantásticas aventuras y vicisitudes, que unas veces vienen provocadas por los desconocidos peligros del propio planeta, y otras por  los eventuales visitantes que pasarían por allí. 

  Muchas de las secuencias de este primer episodio se aprovecharían para otros capítulos, repartiéndose el material entre los 4 ó 5 primeros de la primera temporada.

Así, el desarrollo de la trama se hizo más espaciado, de manera que el episodio piloto definitivo se dedicó solamente a la preparación y lanzamiento de la nave, con la inclusión de dos personajes que serían fundamentales en el futuro de la serie. El saboteador Dr. Smith y el robot B9.

  El enemigo en casa. 

  Allen recibió la sugerencia de incluir en el reparto a un villano, un personaje que hiciera de contrapunto a los bienintencionados y correctos miembros de la familia Robinson. Allen ofreció dos: el histriónico Dr. Smith y el, en principio, neutral robot, que, manipulado por aquel, se convierte en otra pesadilla para la sideral familia.

  En una especie de reedición de la carrera espacial, las potencias de la superpoblada Tierra de 1997, compiten por ser las primeras en conquistar mundos habitables para conseguir la supremacía o el monopolio de la futura colonización. Los Estados Unidos parecen llevar ventaja y están a punto de enviar la primera expedición a bordo del Júpiter 2. Alguna potencia enemiga, que no se menciona, envía a un traidor a sabotear dicha misión para impedir el éxito de la misma. Pero con tan mala fortuna que, durante los últimos retoques a su diabólico plan, aquel queda atrapado en la propia nave en los momentos previos al lanzamiento de la misma. Según se explica más tarde, el peso extra de ese pasajero inesperado, y la acción destructiva del robot, objeto del sabotaje de Smith, hacen que la nave se desvíe de su trayectoria irremediablemnete y que a la vertiginosa velocidad, cercana a la de la luz, a que se desplaza, acabe perdiéndose en un ignoto rincón del espacio sin posibilidad de alcanzar su objetivo original.

  El doctor Smith será el personaje que mantenga una constante disputa con los Robinson, y sobre todo con el mayor West, piloto de la nave, por su afán de intentar regresar a la Tierra, en contraposición a la idea dominante entre los otros miembros de la tripulación, que es seguir adelante, explorando el espacio e intentando cumplir su misión. Episodio tras episodio, el Dr. Smith seguirá obstaculizando la misión y poniendo en peligro a los viajeros para conseguir su objetivo.

  Sin embargo, el personaje, quizá gracias al peculiar estilo interpretativo de Jonathan Harris, acaba haciéndose simpático, más humano y emocional que el resto de los adultos de la tripulación, y acaparando más protagonismo, junto con su complemento, el B9 y el impulsivo Will Robinson, benjamín de la familia que, curiosamente, entabla cierta relación de camaradería con el cínico doctor.

  Y creo que, precisamente, esta dualidad del personaje, esa ambigüedad que un día le convierte en un malvado enemigo que desea aniquilar a sus compañeros, y al siguiente en un lisonjero y amistoso correveidile en busca de la palmadita en la espalda, es lo que hace tan atractivo al personaje, creando una cierta expectación sobre qué cara nos mostrará el hipócrita saboteador en cada episodio. Quizá a los niños de aquella época nos enseñó algo sobre la naturaleza humana: el perturbador sentimiento de que el límite entre la bondad y la maldad a veces puede cruzarse. En un sentido o en el otro.

Un robot original

continuará