sábado, 30 de marzo de 2013

The Whirlpool Galaxy

La Galaxia del Remolino
Noticias del espacio X.

Image Credit: NASA/Hubble

  La Galaxia del Remolino es una típica galaxia espiral. A "solo" 30 millones de años luz de distancia y con 60 mil años luz de diámetro total, la M51, también conocida como NGC 5194, es una de las más brillantes y llamativas galaxias del cielo. Esta vista es una combinación digital de imágenes tomadas desde tierra por el telescopio de 0.9 metros del Observatorio Nacional de Kitt Peak con imágenes tomadas desde el espacio por el Telescopio Espacial Hubble, destacando  detalles que normalmente no pueden ser vistos por encontrarse en el límite rojo del  espectro.

 Saber más.

jueves, 28 de marzo de 2013

Un regalo para Leonardo (y VII)

La Biblioteca Oculta de Zöor IV (7)
Un regalo para Leonardo, 7ª parte


  Leonardo se sentía vagamente cómodo, vagamente inquieto. El agotamiento del viaje y la multitud de emociones sentidas a lo largo del mismo, le habían llegado a embotar de tal manera que su cuerpo y su mente estaban cayendo en una especie de letargo en el que ya todo parecía indiferente. Necesitaba descansar pronto, y más tarde, asimilar todo lo experimentado por sus sentidos. No sería sino entonces cuando comprendiera la verdadera magnitud de lo que había protagonizado. Mecido por los vientos en su pequeño navío, que ahora veía como una humilde barquichuela zarandeada por las fuerzas de un cósmico océano, tendía a relajarse, ya que el peligro de una descontrolada caída había sido conjurado. Hubiera querido ver por los tragaluces a dónde se dirigía, mas ello era imposible pues, en su actual posición, aquellos miraban al cielo. Era inquietante, por supuesto, el caer como lo hacía, de espaldas, sin saber lo que había debajo.

  Sin pretenderlo, empezó a juguetear con descabelladas conjeturas: quizá quedaría atrapado en la cima de una montaña. O perdido en  una remota selva. Pero aún: podía chocar contar un campanario o caer sobre aterrorizados aldeanos.  Había una gran probabilidad de caer sobre el agua, ya que esta ocupaba grandes extensiones sobre la faz de la Tierra. Incluso quizá los señores del cosmos habían previsto esta posibilidad para que el descenso fuera más suave. O para que las aguas se tragaran toda prueba de esta demencial aventura que lógicamente querrían mantener en secreto...Es más, si caía en el mar, en qué mar, a que distancia de su casa, de su querida Italia...De nuevo, turbios pensamientos se apoderaban de su ánimo. Se lamentó de no haber observado sobre qué parte del mundo se encontraba cuando inició su regreso. Pero el viaje tocaba a su fín. Pronto conocería su destino.

domingo, 24 de marzo de 2013

Comentarios. "La Clave", de Isaac Asimov (parte II)



Puedes leer el cuento en este sitio.

  En ese momento Davenport explica a su jefe, Ashley, que se le ocurrió ir a visitar a Wendell Urth, profesor universitario que dio clase a Jennings, y al que conocía bastante bien. Dado que ambos compartían la afición por los acertijos, quizá aquel pudiera darles alguna pista sobre lo que el difunto geólogo quiso dar a entender en su críptico mensaje. Pero como comprendió Davenport en aquel mismo instante, el mensaje decía precisamente eso: Ir a Urth, ya que la parte derecha del mensaje mostraba una flecha apuntando al símbolo de la Tierra. El nombre de esta en inglés -Earth- tiene una pronunciación muy parecida a la del apellido del viejo catedrático. Ashley, que prefería una interpretación más directa del mensaje, reluctante, insistía en que esos símbolos podían más bien hacer referencia a un lugar en el que la Tierra se viera justamente en el cenit. Pero claro, esto solo puede ocurrir en el ecuador lunar. Aunque, como se verá, también llevaba algo de razón.

domingo, 17 de marzo de 2013

Intro XXII




  Volvimos a la carretera. Estuve tentado de preguntar a X si no había en aquel mundo algún otro medio de transporte aparte de ir a pie, pero no quise dar sensación de debilidad para no ser objeto de sus mofas. Al fin y al cabo, reconocí, no estaba en absoluto cansado.

  Tras un buen rato de marcha observé como el paisaje iba de nuevo cambiando. Ya no estábamos en una región de vergeles y campos cultivados. Ahora nos internábamos en una zona montañosa y despoblada de vegetación. En una curva de la carretera, X tomó un desvío, un polvoriento camino de tierra que llevaba a la cima de una pequeña colina.

  En ella, una sólida construcción de piedra que recordaba a las antiguas torres de vigilancia medievales, se erguía solitaria.

  -¿Por qué no estoy cansado? ¿Por qué no tengo sed ni hambre? -le espeté súbitamente a X, tal como me vino a la cabeza-. Llevamos horas y horas deambulando por este pedrusco galáctico sin descanso. Cuando nos hemos detenido ha sido para trabajar. No hemos dormido desde no sé cuándo…

  -Vaya si eres torpe. No pensé que tendrías que preguntármelo. Te podías haber dado cuenta por tí mismo. Este viaje que estamos haciendo no está al alcance de cualquiera. Hay que ser muy fuerte y resistente. La raza de la que provienes es muy débil. Necesitáis respirar constantemente para mantener el proceso de oxidación necesario para el metabolismo; necesitáis comer cada pocas horas para tener ese saco insaciable que llamáis estómago, siempre lleno; necesitáis aportar agua al organismo con frecuencia, pues vuestra capacidad de hidratación es muy deficiente. En fín, y os movéis en unos márgenes de temperatura y presión muy estrechos. O sea, que sois muy delicaditos: en cuanto salís de vuestras idílicas condiciones, quedáis inservibles. Bueno, y no hablemos de vuestro sistema inmunológico: una barrera de risa  para cualquier microorganismo de unos planetillas que yo me sé y a los que no te he llevado porque no hubieras aguantado ni un asalto.

domingo, 10 de marzo de 2013

Nanobots y el futuro de la medicina




  En la encantadora cinta (y posterior versión novelada por Asimov) “Viaje Alucinante” (Fantastic Voyage, 1966, Richard Fleischer), un equipo de aguerridos científicos son reducidos a tamaño microscópico merced a una compleja máquina miniaturizadora, para poder ser introducidos en el cuerpo moribundo de un importante científico y operarlo desde dentro de un coágulo cerebral al que es imposible acceder por medios convencionales. Esta obrita, que ya hemos mencionado en otro artículo de este sitio, parece basarse en la proposición de que, ya que la materia es, en su mayor parte, espacio vacío (espacio entre partículas), podría comprimirse hasta condensarse en un volumen mucho menor. Dejando de lado la imposibilidad física de esta fantasía, al menos en el estado actual de la ciencia (la acción de la película se desarrolla en pleno siglo XX), la idea de actuar quirúrgica o terapéuticamente en el cuerpo humano desde dentro no deja de ser sumamente atractiva y la han tenido en mente multitutd de científicos y visionarios, así como gente de a pie. 

sábado, 9 de marzo de 2013

El beso del Príncipe (IV parte)



  
Prince penetró en una estancia en penumbras en la que era difícil distinguir algún detalle. Encendió las lámparas de su casco y pudo entonces observar que el techo y las paredes evidenciaban la forma cupular de la edificación –o de lo que quizá fuera una nave desde hace tiempo varada- y estaban cubiertas de lo que podrían ser extraños instrumentos o aparatos de finalidad desconocida. Prince avanzó hacia el centro de la sala manteniéndose en un estrecho pasillo que se hallaba flanqueado por lo que parecían placas o trampillas que no se atrevió a pisar, temiendo que pudieran abrirse bajo su peso. Cual si atravesara un campo de minas, siguió avanzando hacia el centro de la estancia hasta hallarse en un espacio circular bañado por una tenue luz cenital cuyo origen no pudo vislumbrar. Entonces distinguió como, a lo que ahora le parecía una enorme distancia, la puerta por la que había entrado se cerró con un suave sonido de deslizamiento, seguido de un inquietante chasquido.

sábado, 2 de marzo de 2013

Viajes a la Luna desde una butaca (de cine)



  Uno de los temas recurrentes en el cine de temática espacial es el de los viajes a la Luna. Nótese como he usado el subterfugio "temática espacial" para no emplear el muy específico término "ciencia ficción". Porque hay que precisar que no todas las películas del espacio son SF, ya que algunas describen tecnologías existentes en el momento de su realización. Por ejemplo "Atrapados en el espacio" (Marooned, 1969) describe  la peripecia de unos astronautas que, tras cumplir una misión en órbita terrestre, quedan varados en ella debido a la avería de su vehículo. La película utiliza los modelos y estética del programa Apolo (y su proyectada continuación Skylab), del cual ya habían tenido lugar varias misiones a fecha del estreno de la cinta.


 Como curiosidad mencionaremos que también aparece una nave soviética, del tipo Vosjod, aunque no completamente fiel al original, probablemente porque, en tiempos de un severo hermetismo de la potencia comunista, los espías occidentales no habían conseguido aún buenas imágenes del aparato. Hay, sin embargo, una concesión a la anticipación con el vehículo de rescate que aparece al final, un pequeño precursor del conocido transbordador espacial. Pero dejémonos de preámbulos y vayamos al tema: