Después de un par de horas de
trabajo con el equipo de herramientas de que iba provisto el brazo extensible
del Harrier, Prince consiguió abrir una notable brecha en la helada pared que
le separaba de su objetivo. Pudo observar entonces un especie de oscura oquedad más o menos ovalada y de la
altura aproximada de una persona, bordeada de minúsculas lucecillas, algunas de
las cuales parpadeaban rítmicamente como ya antes vislumbrara a través del
hielo. Terminó de despejar el paso con sus herramientas de mano y se acercó al
umbral. La puerta parecía estar constituida por una materia impenetrable a
simple vista y, por tanto, buscó a su alrededor algún tipo de resorte o
mecanismo de apertura. Al no encontrarlo, extendió su enguantada mano
directamente al centro de la "puerta", para comprobar su textura. En
el momento del contacto, todas las luces comenzaron a parpadear
simultáneamente. Prince pensó que, de no ser por la ausencia de aire que
transmitiera los sonidos, podría haberse oído el ulular de una sirena de alarma.
Para su sorpresa, sin embargo, comprobó que su mano podía atravesar sin
dificultad aquel oscuro pórtico. Al extraer su mano, la comtempló recubierta de
una especie de sustancia plástica que se degradaba y evaporaba con rapidez.
Probablemente se trataba de una protección biológica para mantener la asepsia
del lugar.
Acto seguido, se aventuró al interior, con la sensación de estar
atravesando una fina película de gelatina.Una vez al otro lado, observó en la
penumbra como la brillante materia que lo había recubierto desaparecia en pocos
segundos sin dejar rastro. También, seguramente- pensó Prince-, cualquier
residuo orgánico o inorgánico que pudiese haber sobre su traje.
Miró a su alrededor al tiempo que, con una serie de eléctricos
fogonazos, desaparecían las tinieblas.Vio que se hallaba en una especie de
amplio pasillo de paredes de aspecto metálico, ahora fuertemente iluminado.
- Control, TM 02:53:16. Estoy dentro.
Caminó indeciso a lo largo del
pasillo, hasta llegar a la siguiente puerta. No comprendió, al principio, la
finalidad de aquel corredor o túnel. No era una verdadera esclusa de aire, pues los instrumentos de su
traje no detectaban sino la presencia de una atmósfera residual. La verdadera
entrada debía estar más adelante. ¿Entonces...? Una idea acudió a su mente:
aquello era un área de evaluación. Probablemente, ocultos instrumentos estaban
observándole con todo detalle, para decidir si se le permitía el paso. Recordó
las viejas películas de arqueólogos y profanadores de tumbas que se internaban
en ancestrales ruinas, llenas de trampas y laberintos diseñados para desalentar
a todo aquel que pretendiera hacerse con sus ocultos tesoros. Un escalofrío
recorrió su espalda al imaginar que, al siguiente paso, un mortífero rayo
surgido de no se sabe dónde le fulminaría en un instante... o que cuando
quisiera salir de allí descubriera que la dichosa puerta gelatinosa solo se
abría en un sentido, quedando atrapado como un torpe insecto en aquellos
túneles para morir noventa horas después cuando su soporte vital se agotara.
Pero su férreo entrenamiento de viajero
espacial acudió al rescate y le hizo olvidar todos aquellos siniestros
pensamientos, obligándole a concentrarse en los objetivos de su misión.
Cuando alcanzó el final del pasillo, contento por haber superado la
prueba, ya que no sufrió ningún percance, se encontró ante una puerta de
aspecto vulgar, de apariencia metálica y
que parecía abrirse como una corredera, ocultándose en la pared. Para completar
su familiar aspecto, había un botón de plástico en el marco de la puerta, en
uno de los laterales, al alcance de la mano. Mecánicamente, Prince, lo pulsó y,
con toda naturalidad, la puerta se abrió…Prince se sintió un poco decepcionado.
Un chimpancé podría haber llegado hasta allí.
continuará
Este Prince se decepciona cuando las cosas resultan fáciles. Pero me imagino que después se verá en algún que otro aprieto, que es lo que está buscando, para lucirse.
ResponderEliminarAunque para mí, lo de atravesar esa capa gelatinosa ya me parece reto más que suficiente, jeje.
Veremos a ver qué le depara la próxima entrega...
Como ya dije en algún momento, la originalidad de este relato moría a los pocos párrafos de empezar. Así que, cualquier lector avezado se dará cuenta de que tanto el desarrollo como el desenlace son bastante previsibles. El reto -para mí- es conseguir sorprender al final. No espero conseguirlo, pero, en el intento, se va desarrollando la historia. Gracias por el seguimiento. B-)
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