Gattaca es un "puzzle", un juego de
palabras que usa los nombres de las bases nitrogenadas de los ácidos nucleicos,
para formar esta extraña y sugerente palabra:
Guanina Adenina Timina Timina Adenina Citosina Adenina
En un futuro no muy lejano, Gattaca es una
corporación, un emporio industrial, que asume
la gestión de la exploración del espacio, realizando una media de una
docena de lanzamientos diarios. En el
momento en que comienza la acción se está preparando el primer viaje tripulado
a Titán, el mayor satélite de Saturno. Pero, aparte de las menciones a esta circunstancia por parte de los
personajes, y a la recurrente imagen -lejana y poco definida- de cohetes
elevándose en el cielo, la película no hace realmente ningún caso al tema de la
exploración espacial. Es solo una excusa: la meta, el objetivo que el
protagonista Vincent Freeman/Jerome Morrow quiere alcanzar. Cueste lo que
cueste. A pesar de ser un no-válido, un "hijo de Dios" que, pasándose
al lado oscuro, se servirá de una
"escalera prestada -a borrowed
ladder-", para intentar alcanzar su objetivo. Pero ello le convertirá
en miembro de una "casta" despreciada por el resto de la sociedad: se
convertirá en un "degenerado".
Gattaca es un mundo en el que la perfección
genética es la mejor garantía para acceder a los mejores puestos de la
sociedad, para tener éxito en la vida. Siempre y cuando algo inesperado no se
cruce en tu camino.
Freeman (hombre libre), aunque imperfecto
físicamente, es dueño de su destino, su albedrío le hace concebir la
descabellada idea de que aún siendo un no- válido, podrá encaramarse a una columna
de fuego y alcanzar las estrellas.
Su propio padre le quiere quitar esa idea de
la cabeza: "Vincent, solo entrarás en una nave espacial para limpiar".
Pero Vincent (vencedor) cuenta con una mente
poderosa, que va por delante de su cuerpo. Es capaz de memorizar,
estudiando en sus ratos libres, el
pesado tomo de “La Navegación Estelar
(Celestial Navigation)”. Es capaz de imaginar su futuro como piloto espacial. He
ahí uno de sus grandes logros: si consigues visualizarlo, puedes conseguirlo.
Ya solo queda conseguir que su imperfecto cuerpo ( y su débil corazón, marcado
con una fecha de caducidad cifrada en 30 años) pase la prueba de fuego. Para
ello, aparte de entrenarse con extenuantes ejercicios de sobrecarga
cardiovascular, contrata los servicios de lo que podríamos llamar un
"traficante de identidades genéticas".
Porque, claro, en toda sociedad, en todo
sistema, hay quien sabe hacer negocio con la carencia, con lo denostado, con lo
prohibido. German pondrá en contacto a Freeman con Jerome Morrow, un despojo
apartado a la cuneta del mainstream social, que después de ser deportista de
élite y alcanzar altas cotas de prestigio, ahora solo se alza- en sus propias
palabras- uno treinta siete sobre el suelo, condenado como está a vivir en
silla de ruedas. Pero Morrow (el mañana) mantiene intacta su envidiable
identidad genética. En una suerte de íntima simbiosis, Morrow prestará a
Vincent todo tipo de sustancias y secreciones corporales para que éste pueda
superar los controles genéticos que le permitirán ingresar en Gattaca y
recorrer una fructífera carrera que le llevará a los confines del sistema solar
enfundado en un elegante traje de paño. A cambio, Vincent, con sus ingresos,
colaborará en mantener una cierta dignidad, no exenta de excesos, en la vida
sin horizontes de Morrow. Aunque, a la larga, le aportará algo más: un objetivo,
un sueño, una ilusión, vividas a través
del otro. German, el traficante, se llevará el veinte por ciento.
Vincent, ahora Jerome, está nervioso el día
de la entrevista en que se evaluará si es apto para Gattaca. Se ata al muslo
una bolsa clínica con orina de Morrow para falsear el pertinente análisis. Una
vez allí, el jovial doctor que le atiende deja caer una gota de la manipulada
micción en la máquina analizadora. Al instante, el veredicto de la máquina
aparece en pantalla: Válido. "Enhorabuena", dice el doctor. Vincent,
aún nervioso, pregunta: "¿Y la entrevista?" "Era esto",
contesta el médico. De modo que esa gotita de orina que no era suya fue el
pasaporte de Vincent para entrar al reino de sus sueños. No las horas de
esfuerzo físico que consiguieron fortalecer su corazón, ni las interminables
sesiones de estudio...Y ahora, una vez dentro, una fulgurante carrera le
llevará a ser uno de los pioneros, uno de los elegidos para participar en la
nueva epopeya de la
Humanidad. Sin embargo, un hecho inesperado pondrá en peligro
no solo su participación, sino su propia existencia...
Esta peli me gusta mucho, pero no había reparado en el simbolismo de los nombres de los personajes.
ResponderEliminarTus reflexiones, como siempre, son muy atinadas y hacen que la historia cobre más dimensiones de las que tiene a simple vista (a la simple vista de alguien como yo).
¿Tú te arriesgarías como el prota para viajar al espacio?
Gracias por tus, como siempre, amables comentarios. Efectivamente, la peli está llena de simbolismos. Y creo que bastante bien dosificados. En realidad se trata de una película de bajo presupuesto, donde los efectos especiales son prácticamente inexistentes. Ello se sustituye, en my opinión, con una excelente ambientación, un simbolismo muy fuerte en el que casi todo tiene un significado y una dirección artística sobresaliente. El trabajo de los actores es el que mantiene la tensión argumental y el simbolismo del que hablamos da profundidad a la trama. Bueno, ya me estoy enrollando. Quizá escriba una segunda parte, retomando el análisis desde donde lo dejé colgado. Así que ya corto. Ah, por cierto, respondiendo a la pregunta: Puede que sí...
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