sábado, 18 de agosto de 2012

Intro XV

  De nuevo la oscuridad y el silencio. En este viaje ni X ni yo dijimos una sola palabra. Yo estaba sin resuello tras el susto de unos minutos atrás y él, con un semblante sombrío, parecía sumido en hondas reflexiones. Al llegar, unos jirones de espesa niebla nos recibieron. El pedregoso suelo crujía bajo nuestros pies. Noté cierta dificultad al respirar. De hecho, era incapaz de llenar los pulmones. Deduje que el contenido de oxígeno en esta atmósfera era pobre. X miró a su alrededor en aquel entorno árido y neblinoso y, a poco, comenzó a caminar. El lugar donde nos encontrábamos semejaba una cantera: guijarros por todas partes, de diversos tamaños, y taludes de roca desnuda. El terreno alternaba amplios espacios llanos con suaves ondulaciones del terreno. Pero todo era piedra, arena y polvo. A lo lejos se divisaban unas grises estribaciones montañosas. Durante un buen rato caminamos en silencio subiendo una pendiente no muy pronunciada.
  Hacia la mitad de la subida, X pareció salir de su ensimismamiento y comenzó a hablar:
  - En este planeta, Daroon 6, vivió gente que aunó inteligencia y sensibilidad. Gentes que no tenían grandes ambiciones individuales y que supieron trabajar en colaboración unos con otros. Alcanzaron grandes logros científicos y tecnológicos. Además disponían de un planeta fértil y rico en toda clase de materias primas. Aquí se dieron las condiciones ideales para fundar una sociedad fuerte, avanzada y justa. Alcanzaron un gran desarrollo tecnológico sin por ello esquilmar la naturaleza que les rodeaba, manteniendo siempre el equilibrio entre consumo y regeneración. Se dotaron de sistemas "limpios" para gestionar el uso de la energía. Basaron en el respeto y la colaboración las relaciones sociales. Cuando alguien mostraba inclinaciones delictivas lo apartaban, respetuosa pero firmemente, de las ventajas de la vida en sociedad. Llegaron a la fase que mencioné antes...
  -Hum...sí: el verdadero progreso... Una vez establecidos los mecanismos que garantizan a perpetuidad la sociedad del bienestar, se pueden dedicar las energías intelectuales a conseguir otras metas - recité con la  petulancia de un rapaz de escuela primaria.Yo también había llegado a esa conclusión por mi cuenta-.
  -Efectivamente. Y conquistaron grandes logros tecnológicos que ahora son moneda corriente en toda nuestra Federación. A ellos debemos, por ejemplo, dispositivos de transporte como el que yo uso...
  -Pero, ¿qué paso aquí? ¿Por qué está todo tan desolado?
  Cuando hice esa pregunta ya estábamos llegando al final de la pendiente. X, que iba unos pasos por delante de mí, se detuvo y, con grave gesto, señaló al frente y dijo:
  - Ahí tienes la explicación.
  Cuando llegué arriba, me llevé una impresión arrolladora. Estuve a punto de perder el equilibrio debido al vértigo. A nuestros pies se abría un abismo sin fondo, sobrecogedor, increíble. Debía tener kilómetros de profundidad. Pero lo más inquientante era que se extendía interminablemente a ambos lados, como un cañón de una longitud inconmensurable. No es preciso decir, que la otra orilla del abismo ni siquiera  se vislumbraba en la distancia. 
  - Hace 600 años, en el momento más floreciente de la civilización de este mundo, un cometa se cruzó en su camino. Probablemente, algún encuentro previo -quizá con un asteroide- antes de cruzar la órbita de este planeta, lo desvió significativamente de su curso, dirigiéndolo a una inesperada, fatal e inevitable cita con él. No había mucho tiempo para buscar soluciones. Al menos, la mayoría de la población pudo huir a otros mundos ya colonizados. El proyectil no golpeó de lleno , pero pasó tan cerca que, cual afilado cuchillo, abrió esta herida en la piel del planeta; vaporizó parte de la atmósfera - por lo que ahora es más tenue-; fundió a su paso la corteza planetaria, cubrió el cielo de oscuras cenizas y condenó a la lenta extinción a todo ser vivo que permaneciera en la superficie de este mundo. Los cometas pueden traer el principio de la vida, pero a veces, también su final. Como te dije, un verdadero caso de mala suerte...
   Me quedé boquiabierto. Hipnotizado por el abismo, imaginé la bola ígnea del cometa desprendiendo con furia inmensos chorros de gas, volando  a 300 kilómetros por segundo, fundiendo  la superficie del planeta como si fuera de mantequilla, abriendo este  inmenso surco que podría tragarse las esperanzas de civilizaciones enteras.


CONTINUARÁ



anterior                                   siguiente                                  



4 comentarios:

  1. Pues sí que es un caso de mala suerte. Para una civilización que estaba haciendo las cosas en condiciones...

    Me ha gustado mucho que hayas puesto como condiciones para lograr la verdadera civilización, el verdadero progreso, factores como la poca ambición personal, la cooperación, el consumo equilibrado, y sobre todo, el respeto. Mi palabra favorita: el respeto a los demás, el pensar en los otros en vez de ir cada uno a lo suyo, que es lo que abunda por aquí. Todo deriva del respeto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para mí (y para X) al verdadero progreso se llega por un camino de doble vía. El individuo necesita a la sociedad, la sociedad necesita al individuo. Debe haber un mutuo intercambio. Lo contrario, en un sentido, es parasitismo, en el otro, opresión o esclavitud. La solución: respeto al individuo pero exigiéndole a este que dé algo a la comunidad (colaboración). Son los sencillos ingredientes de una compleja ecuación. Mientras no lo comprendamos, seguiremos en lo que estamos, los que se aprovechan de sus iguales y los que sufren esa injusticia. Y mientras, la casa común, cayéndose a pedazos. O sea,...la barbarie. Gracias por comentar.

      Eliminar
  2. No me había planteado nunca que pasar cerca de un planeta pudiese abrir un abismo en la tierra. Pensaba que podía crear alteraciones en la atmósfera o terremotos y cosas así.¿Eso es cierto o te lo has inventado? ¿Lo has leído en algún documento sobre planetas?
    Por otro lado, si tenían tanta tecnología, ¿cómo no pudieron ver lo que se les aproximaba? Pudieron colonizar planetas e incluso escapar, ¿cómo no pudieron hacer algo con el asteroide?
    Por otro lado,una sociedad así sería ideal, y como escribes, estaba formada por "gente", ¿gente como nosotros, humanos? y si es así,¿bajo qué sistema político crees que se desarrollaría?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo tampoco me lo había planteado hasta que lo necesité como argumento dramático. No sé si alguien tiene preparado un modelo matemático de lo que ocurriría con el paso rasante de un cometa. Pero para suplir estos desconocimientos podemos echar mano de la imaginación. Por otra parte, el relato quiere dar la idea de que, a veces, hay fatalidades que no se pueden prever. Un encuentro entre dos astros, quizá la influencia gravitatoria de un tercero, que provoca un desvío de trayectorias con un resultado inesperado. Quizá había millones de probabilidades. Quizá no les dio tiempo a analizarlas todas. Quizá sólo eran unos seres limitados jugando a dominar el cosmos y perdieron la partida. Quizá...Se trata de eso, de que los lectores se hagan preguntas. Y tú las has hecho...Gracias por comentar y perdona la tardanza en responder.

      Eliminar