martes, 21 de agosto de 2012

Ciudades en la Luna

  Comentarios 2001, odisea espacial. IX. Ciudades en la Luna

  Una de las viejas aspiraciones de la humanidad en el ámbito de la era espacial, aparte de viajar a los planetas, conseguir astronaves más rápidas o dominar los mecanismos de  la animación suspendida para hacer los viajes más llevaderos, es la de fundar colonias lunares, con poblaciones permanentes que puedan explotar la anunciada riqueza minera del solitario acompañante de la Tierra, a la vez que aprovechar la condición de balcón al infinito que nos brinda el lunático astro. Este tema, como los otros que se han mencionado, también aparece reflejado en nuestra apreciada 2001, odisea en el espacio.

foto: juann

  En cuanto a la plausible riqueza minera, diversos estudios han sacado a relucir que el conocido como regolito lunar, la "tierra" que forma el suelo lunar, es rico en ciertos minerales que contienen oxígeno, silice, magnesio, hierro, aluminio, etc. Es decir, más o menos lo que podemos encontar aquí abajo. Quizá no sea rentable ni necesario, por el momento, importar estos materiales desde la Luna, ya que en la Tierra aún quedan abundantes yacimientos. También cabe la posibilidad, según apuntan algunos expertos geólogos, de hallar hidrocarburos, o los elementos para fabricarlos, con lo que algunos esperan que, una vez agotados los aún abundantes depósitos de nuestro planeta, se podrían explotar los del satélite para prolongar la era de los combustibles fósiles, perspectiva que a muchos no nos hace maldita la gracia. En cualquier caso, la explotación mineral de la Luna, si no se hace con vistas a surtir al planeta madre, si podría garantizar la autosuficiencia de las propias colonias lunares, que podrían generar su propio oxígeno, agua y materiales para construcción y manufactura industrial. Incluso combustibles para  vehículos y  naves espaciales.

 
Un embrión de base lunar. Imagen:NASA

   
  Además, por otra parte, cobra fuerza la posibilidad de explotar otras riquezas como isótopos de helio que, procedentes del viento solar, se depositan sobre la superficie lunar combinándose en forma cristalina con el propio regolito. Estos elementos, como el isótopo helio 3, muy escaso en la Tierra, podrían abundar en la Luna- quizá un millón de toneladas - tras eones de bombardeo solar, dado que nuestro satélite natural  no cuenta con una barrera antirradiación, como la magnetosfera terrestre. Este elemento posibilitaría, en opinión de algunos, el comienzo de una nueva era de explotación de energía nuclear de fusión, relativamente más "limpia" que la de los actuales reactores de fisión.

Otro proyecto de "protobase" lunar. Imagen: NASA

  La otra ventaja que presenta nuestro satélite es lo que hemos llamado, quizá de forma un tanto poética el balcón al infinito. Teniendo en cuenta la masa mucho mayor de nuestro planeta en relación a la Luna y haciendo un esfuerzo de imaginación sobre el funcionamiento de la Gravitación Universal, comprenderemos que la Tierra se halla en el fondo de un "embudo" gravitacional, en el cual es fácil caer (ser atraído por la gravedad terrestre), pero del cual es difícil escapar (ya que se necesita alcanzar una velocidad de algo más de 11Km/s para  vencer dicha atracción). Sin embargo, si nos situamos en la Luna, al ser su masa menor, y por lo tanto su atracción gravitatoria también menor, es mucho más fácil abandonar su superficie. Un ejemplo de esto lo tenemos en los viajes a la Luna de los Apollo. Para salir de la Tierra se necesitaba un gigantesco cohete (Saturn V) repleto de combustible y de potentísimos motores. Sin embargo, a la vuelta de la Luna, despegaron con la parte superior del módulo lunar dotado de un modesto motor y unos pequeños tanques de combustible. Por ello, para futuras misiones por el sistema solar, la Luna - o su órbita- podría representar una eficaz y considerablemente más económica plataforma de lanzamiento. Obviamente, las naves se construirían allí mismo. 
  Por otra parte, también nos podríamos asomar a ese balcón por medio de telescopios que, sin el engorro distorsionador de la atmósfera terrestre ni la contaminación lumínica, se podrían instalar en la Luna de forma estable y con garantías de "cielos despejados".

Moon Base de la serie UFO

  Muchas obras de ficción, además de la que nos ocupa, nos han brindado ciudades o bases en la Luna. A veces con finalidades totalmente diferentes a las que aquí hemos expuesto. Uno de los ejemplos más enternecedores es la serie del ínclito Gerry Anderson U.F.O., que nos presentaba una base lunar para la detección y destrucción de las naves invasoras.
  Su secuela Space 1999, nos presentaba ya una base lunar mucho más desarrollada, casi una ciudad, que resultaba sospechosamente deudora de la creada para 2001...

Base Lunar Alpha. Espacio 1999

  Otro ejemplo que no quiero dejar de recordar es la obra de Robert A. Heinlein  La Luna es una Cruel Amante (Moon is a harsh mistress, 1966) en la cual , una ciudad formada por un laberinto de túneles excavados en el subsuelo lunar  funcionaba como colonia penitenciaria y, además, proveía de productos minerales a la Tierra por el sencillo expediente de dejarlos caer hacia ella (esto es una metáfora: evidentemente disponían de unas plataformas o catapultas desde las que  lanzar los contenedores de mineral, dirigiéndolos hacia la Tierra. Pero lo que quiero dar a entender es que es mucho más fácil hacerlo en esa dirección que en la contraria. Esto queda muy bien reflejado en la narración y será una cuestión importante en el desarrollo de la misma). Con el tiempo, la colonia estaría  formada por más ciudadanos libres que convictos, y aquellos deciden que ha llegado el momento de independizarse de la metrópoli. Pero no será fácil...

Orion aproximándose a la Estación orbital. MGM

  En 2001, odisea en el espacio, el hecho de que la humanidad se haya asentado de forma permanente en la Luna es una de las piedras angulares del relato ya que, como hemos explicado en entradas anteriores, el Monolito de Tycho realiza la labor de Centinela esperando el momento de ser descubierto en su retiro lunar por una civilización que está dispuesta a conquistar el cosmos, tras haber dado el primer paso fuera de su hogar planetario, ya que, como dijo Tsiolkovsky, gran pionero teórico de los viajes espaciales:

"La Tierra es la cuna de la Humanidad, pero no se puede vivir siempre en la cuna."

  En el film queda muy bien descrita, a través del viaje de Heywood Floyd,  la tecnología implementada para una comunicación viable con los asentamientos lunares. Se utilizan transbordadores clase Orión (básicamente como el shuttle de la NASA), para alcanzar la órbita terrestre. Allí les espera la Estación Orbital (una especie de ISS) donde rusos y americanos comparten un café mientras esperan sus respectivos vuelos. Esta hace las veces de estación de tránsito entre Tierra y Luna. De allí, nuestro amigo Woody partirá hacia la Luna en el versátil módulo translunar Aries IB, que le depositará suavemente en la terminal de Base Clavius, de bandera americana. Por las conversaciones anteriores, se infiere que también existen bases de otros países, al menos de Rusia (¿o quizá deberíamos decir Unión Soviética? En esta ucronía, en el año 2001, seguían existiendo los bloques antagónicos de la Guerra Fría).

Base Clavius, en el interior del cráter homónimo. MGM

  Al parecer, aunque este extremo solo queda implícito en la trama, la única finalidad de las bases lunares de 2001.., es la de la investigación científica, aunque se colije que, en el ambiente de carrera espacial que aún se vive en el imaginario del film, las potencias se apresuraron a tomar posiciones -y posesiones- en el nuevo continente lunar, por si algún día se iniciaba el reparto. Algo parecido, añado, a lo que ocurrió en su día con el continente antártico, que tras ser declarado patrimonio científico de la humanidad, fue pacíficamente invadido por científicos de todos los países que podían tener intereses futuros en el mismo.
  En cualquier caso, creo acertado que Clarke y Kubrick decidieran colocar al hombre en la Luna, ya que, aunque algunos crean innecesaria su presencia física allí, me parece una consecuencia natural en la evolución del hombre tecnológico el que una vez dado ese pequeño paso y ese gran salto, se quede allí para fundar un hogar.

Terminal de atraque de Base Clavius. MGM
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2 comentarios:

  1. Me ha encantado eso de "balcón al infinito" y me ha gustado mucho la explicación de lo difícil que es salir de la tierra para ir a la luna y lo 'fácil' que resulta la vuelta.
    Tú crees que la luna llegará a ser destino turístico?

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  2. Pues a mí me encanta que te guste una entrada así, con tanto detalle "técnico". Yo sé que me pongo un poco pesado con explicaciones de viajes espaciales y tal, pero es que me gusta el tema. Me parece, por tanto, estupendo, que a los demás, que quizá no tenéis tanto interés en ello, también os pueda gustar.¿Quizá he conseguido que resulte amena la forma de explicarlo? Ojalá.
    En cuanto a tu pregunta, creo que la respuesta es sí; pero siempre y cuando algún avispado empresario ponga allí algunos centros comerciales porque, conociendo a la gente, si en un lugar no hay donde comprar algo, lo que sea, pierden el interés.Nota: si algún avispado empresario lee esto, que conste que la idea ha sido mía, así que quiero mi parte de los beneficios...ja, ja.

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