domingo, 10 de junio de 2012

Relatos de las colonias. Nimbus. XI parte

  -Nos hallamos ante una crisis sin precedentes. Todo parece indicar que la colonia Nimbus se ve ciertamente amenazada en estos momentos. Una lectura prudente del mensaje nos da pie a pensar que algún tipo de cataclismo de impresionantes dimensiones se abate sobre el planeta. Pero lo que es más alarmante es que no podemos afirmar, a la vista del informe recibido, que este desastre sea de origen natural. Lo que introduce un elemento de misterio y, quizá, de trascendental importancia, no solo para el momento actual, sino para toda la historia de la humanidad. Al parecer un sector de los colonos del planeta imputan a una inteligencia alienígena la responsabilidad de los hechos. En cualquier caso, el mensaje no deja de ser confuso y, en ciertos momentos, sorprendente, pues deja entrever grandes controversias sobre este punto.
  -¿Cuáles son sus peticiones?- preguntó uno de los miembros de la Asamblea.
  - Algo que estarán de acuerdo conmigo en que nos resultará doloroso cumplir. Piden permiso -y medios- para abandonar el planeta y dirigirse a alguna otra colonia que pudiera recibirlos.
  Hubo murmullos de desaprobación entre los integrantes de la Asamblea. Un hombre ya anciano se levantó y tomó la palabra.
  -No podemos permitir que abandonen el planeta . Su compromiso era permanecer en él, explorarlo en su totalidad y hacerlo productivo hasta llegar a unos niveles de habitabilidad que hagan posible la acogida de nuevos contingentes de población.
  -Todos sabemos cuál es el compromiso. Pero el logro de los objetivos se ve amenazado en las actuales circunstancias.
  - En la práctica, sería imposible evacuarlos de allí. tardaríamos años en poder enviarles naves, sin contar la duración del viaje -dijo otro hombre en ese momento.
  -Parece que ellos ya han analizado el problema  desde todos los ángulos. No tendríamos que enviar nuevas naves hasta allí. Han fijado un punto de encuentro a mitad de camino  hacia una colonia vecina. Habría que estudiar si alguna de las naves en ruta podría encontrarse con ellos y proveerles de combustible y suministros. Intentarán reflotar las antiguas naves que poseen  para llegar hasta allí. Dentro de un año, aproximadamente, tendría lugar la cita. Actualmente hay cinco naves en aquel sector del espacio, progresando lentamente hacia sus respectivos destinos. Parece factible, según los técnicos de vuelo, que alguna de ellas lleve a cabo ligeras modificaciones de rumbo y los alcance en el momento adecuado.
  - Pero, ¿qué les hace estar tan seguros de la necesidad de abandonar el planeta? -preguntó un hombre de rostro iracundo-. Los hechos que relatan podrían ser desastres naturales propios de la situación climática o geológica de aquel planeta. O quizá hayan sufrido una lluvia de meteoritos. Por terribles que sean estos acontecimientos, quizá no haya que llegar al extremo de dejarlo todo y salir corriendo. Podrían buscar otro lugar del planeta y establecer nuevos asentamientos.
  -Ese es el punto de vista  que sostiene una parte de la población. Pero la mayoría se siente lo bastante impresionada como para haber llegado a convencerse de la necesidad de huir. Lo cierto es que desde aquí no podemos evaluar correctamente la situación, pero ellos alegan tener buenas razones para actuar de ese modo, aunque no queda muy claro en el mensaje cuáles son esas razones. Dan a entender que se ha establecido un contacto con otra inteligencia que les ha prevenido del peligro, lo cual viene a complicar más aún la situación.
  Como saben, no tenemos más remedio que dejar un gran margen de autonomía a las colonias, pues es difícil controlarlas desde la Tierra. Por otra parte, no supone para nosotros un gran trastorno el darles el permiso solicitado y concederles lo único que piden, el encuentro con otra nave.
  -Además, si el peligro fuera cierto y el desenlace fatal -dijo una delgada mujer de apariencia resuelta-, supongo que no nos gustaría sentirnos responsables de tantas muertes. Más adelante, quizá podamos enviar allí a alguien que investigue lo sucedido. Pero, por ahora, creo que lo más importante es poner a salvo a aquella gente.
  Pero, ¿y la pérdida económica que supone el desprendernos de una colonia entera? -arguyó el individuo iracundo-. Hay mucha gente esperando para poder embarcarse en un futuro próximo.
  - En ese sentido, poco podemos hacer, salvo seguir esperando. Como ya saben, el dominio del cosmos es un proceso que requiere paciencia...
CONTINUARÁ





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