viernes, 22 de junio de 2012

La Biblioteca oculta de Zöor (II)

  Cuando volví de mi viaje intenté recopilar por escrito todos los tipos de mundos que había visto, los cuales no fueron pocos y creo que representan una completa muestra de los soportes que sustentan a las razas y civilizaciones del infinito.
  En primer lugar, los planetas (y, a veces, los satélites), origen de toda civilización, y de los cuales  siempre pensamos que eran el único hogar posible de cualquier brote de vida, ya sea instintiva o inteligente.
  Pero las sociedades evolucionan y, además de desplazarse y -eventualmente- colonizar otros planetas, también modifican el mundo originario dotándolo de implementos que facilitan la vida y los desplazamientos de sus habitantes, además de procurarles espacio adicional:
  En una primera etapa, el cúmulo de satélites artificiales y estaciones orbitales llega a ser tan poblado, denso y compacto que, a la larga, forma un anillo alrededor del planeta. Cuando este anillo se consolida, o incluso antes, se instalan unos ascensores que, a modo de radios, comunican el anillo con la superficie planetaria. Cuando el anillo va ganando en solidez y complejidad es muy probable que la mayoría de la población vaya trasladándose al mismo -dadas sus ventajas de ingravidez, asepsia y ambiente controlado- para prolongar artificialmente su esperanza de vida. Sus moradores visitarían solo de tarde en tarde la superficie, ya  como viajeros de placer, ya como supervisores de  la producción de materias primas, trabajo que realizarían los robots.
  En la siguiente etapa, y una vez desarrollada suficientemente la ingeniería planetaria, algunas civilizaciones son capaces de remodelar, descomponer e incluso desplazar diversos planetas de su sistema solar - o de otros sistemas vecinos- para ir construyendo otro anillo, pero esta vez, alrededor del sol. Normalmente coincidiendo con la órbita del planeta madre -cuya materia se utilizaría en la construcción, con lo que desaparecería como tal-, o en una más cercana o más lejana según el momento evolutivo de su sol, construirían un mundo anillo. Como un cinturón que ocupara la órbita completamente. Las implicaciones tecnológicas de esta construcción son tales que no intenté comprender como había podido llevarse a término. Solo me limité a disfrutar de mi estancia en aquella maravilla de la ingeniería planetaria.
  Pero mi asombro por los mundos anillo quedó pronto eclipsado cuando vi por primera vez una esfera Dyson. En mi época, realmente faltaban muchos años para que Freeman Dyson formulara su hipótesis, pero como en los viajes por el espacio a veces también se viaja en el tiempo,  mis acompañantes ya conocían esta formulación y así me lo explicaron. Efectivamente, algunas civilizaciones ya no se conforman con construir un anillo alrededor del sol, sino que construyen una esfera sólida , en cuyo centro dejan encerrada a la estrella o estrellas de su sistema solar, y  la cara interna de dicha esfera se convierte en su mundo. La eficiencia energética es total, pues nada se pierde en el espacio. ¿Y cómo consiguen tanta materia para dicha construcción? Quizá son capaces de convertir la energía en materia.
  Posteriormente, cuando la ingeniería planetaria queda obsoleta, las civilizaciones muy avanzadas utilizan directamente las estrellas como materia prima para sus construcciones, creando lo que podríamos llamar "halos de energía" que enlazan unas estrellas con otras, a modo de puentes de materia estelar, creando una especie de conducción de energía que les permite situar su mundo vivienda en cualquier lugar, sin necesidad de estar atado al carrusel  gravitatorio de una estrella. A veces incluso convirtiéndolos en planetas errantes que viajan por el universo o incluso llegando a vivir  en el interior de los soles. Algunos llegan a formar alineaciones de soles que producen, en el propio espacio, un lugar estable creado por las gravedades combinadas de varias estrellas, o de decenas o cientos de ellas. Estos son los seres más avanzados que he visitado, a los que llaman "pastores de estrellas". Pero, al parecer, entre los moradores del universo aún hay razas más adelantadas tecnológicamente, aunque probablemente no está, por ahora, a nuestro alcance comprenderlas.

Fragmento hallado en  la Biblioteca de Zöor
Todos los capítulos publicados
La biblioteca oculta de Zöor I
La biblioteca oculta de Zöor II
La biblioteca oculta de Zöor III
La biblioteca oculta de Zöor IV
La biblioteca oculta de Zöor V
La biblioteca oculta de Zöor VI (1ª parte)
La biblioteca oculta de Zöor VI (2ª parte)
La biblioteca oculta de Zöor VI (3ª parte)
La biblioteca oculta de Zöor VI (4ª parte) 
La biblioteca oculta de Zöor VI (5ª parte)
La biblioteca oculta de Zöor VI (6ª parte)
La biblioteca oculta de Zöor VI (y 7ª parte)
La biblioteca oculta de Zöor VII
La biblioteca oculta de Zöor VIII
La biblioteca oculta de Zöor IX
La biblioteca oculta de Zöor X

2 comentarios:

  1. ¿Qué había en la biblioteca, discos que se leían y él podía observar cómo se habían ido construyendo esos mundos?. No entiendo.

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    1. Por supuesto que, siendo una biblioteca,lo que contiene son libros, ni más ni menos. Este relato no ha hecho más que empezar y todo se irá explicando poco a poco.Por cierto, te sugiero que leas, si no lo has hecho ya, la parte I. En cualquier caso, lo que ha llegado hasta nosotros, como se entiende por el pie de página, son solo fragmentos. Fragmentos de libros escritos en aquella época. Aunque hablen de cosas impensables por aquel entonces.

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