sábado, 21 de abril de 2012

Comentarios. 2001, odisea espacial. II. ¿Por qué una obra maestra?

  Una de las cosas que siempre he tenido muy claras en relación a esta película, es que se trata de una obra maestra. No ya del género de SF, sino del cine en general. Lo tuve claro desde la primera vez que la vi, con apenas doce añitos. Ni siquiera entendí la mayor parte de su trama argumental, pero daba igual. La estética de las imágenes, el ambiente que creaba, esa manera de estimular la imaginación del espectador, todo conducía a la sensación de estar ante algo grande. Evidentemente, con las técnicas y medios actuales, se pueden conseguir mejores efectos y, posiblemente, enriquecer el discurso narrativo. Pero creo que 2001..., aun tiene la fortaleza suficiente para conservar su lugar de privilegio entre los grandes logros del cine y competir abiertamente con obras posteriores que, en muchos casos, son sus deudoras o transitan caminos ya trazados por aquella. También hay que tener en cuenta que en la génesis del proyecto se encuentra el empeño de Kubrick de hacer una buena película de ciencia ficción. (Debe recordarse que durante los años precedentes,  la SF estaba considerada como género menor y la inmensa mayoría de filmes pertenecientes a ella eran lo que se conoce como Serie B. Pero había un creciente interés por los temas que trataba, como los viajes espaciales, la vida futura o el contacto con extraterrestres). Con dicho empeño, Kubrick se fue en busca de Arthur C. Clarke, uno de los más respetados autores del género en aquellos años, para que le ayudara, asesorara y, de paso, fuera escribiendo, de forma simultánea, la novela. (Hay que decir, por cierto, que, a pesar de ser un  trabajo en equipo, hay bastantes diferencias entre una y otra; pero esto ya lo contaremos en otra ocasión).


Y por qué una obra maestra. Pues por varias razones, de las cuales ya hemos dejado entrever algunas. Ya hemos hablado de las intenciones. También se pudo contar con los mejores medios técnicos de la época, un gran presupuesto, etc...Pero lo interesante es la forma en que se superaron algunos de los retos narrativos de la historia. Y a fe que lo hicieron de forma brillante.
El Monolito: Se preguntaron cómo representar a los extraterrestres y temieron que cualquier intento en este sentido podía caer en lo grotesco, irrisorio o poco creíble. No tenían más que echar la vista atrás y ver los  monstruos extraterrestres que solían mostrar filmes anteriores. Se podía evitar lo irrisorio acudiendo a la solución más fácil: los extraterrestres humanos, como en Ultimátum a la Tierra, pero esto podía ser considerado poco creíble. Optaron por algo distinto: Un objeto, una forma simple, geometría pura, compendio de lo natural y lo artificial, piedra o máquina, envuelto en misterio, impenetrable, desconocido. Un objeto que era el emisario de los seres a los que solo conoceremos por sus actos, pero no llegaremos a ver. Considero que es una solución magistral: económica, verosímil, críticamente intachable, y que además se sumaba a la atmósfera misteriosa pero serena que envuelve a toda la película.

The Invasion of the Saucer-Men / This Island Earth / The day the Earth stood still
 Los diálogos: Unos malos diálogos pueden cargarse una buena película. Y tal como se planteaba esta, había más bien poco que decir. Por lo tanto, la solución estaba servida: reducir los diálogos al mínimo. Después de años de diálogos grandilocuentes, banales o simplemente ruidos de gritos y explosiones, era de agradecer la quietud que recorre todo el metraje, siendo ocupada la mayor parte de la banda sonora por encantadoras composiciones clásicas de entre las que todo el mundo recordará el garboso "Danubio Azul".
El Amanecer del Hombre. Incluso se atrevieron a solucionar uno de los grandes enigmas de la humanidad: La aparición de la Inteligencia en los homínidos precursores del Hombre. Seguramente, para el público de la época fue chocante el presentarse a ver una película de aventuras en el espacio y encontrarse, nada más entrar al cine con un montón de monos chillones que parecían dedicar su existencia a pelearse entre ellos. Seguramente, para un público actual, desconocedor de la obra, resultaría igualmente chocante este inicio de la película. Pero, posteriormente, todo queda justificado. Y sobre todo, magistralmente sintetizado en la escena en que Moon Watcher, el líder de la tribu, arroja, exultante, el fémur que había utilizado como arma en la primera guerra de la humanidad.
 
Diseños realistas. Ventajas de contar con un experto en la materia. El diseño de las naves espaciales cumple todas las prescripciones del más puntilloso ingeniero astronáutico. Shuttles al estilo Columbia, que vimos en la realidad muchos años después, y naves rechonchas o frágiles, con formas adaptadas a la funcionalidad y desdeñosas para con la aerodinámica, ya que, como muchos aprendimos gracias a la película, en el espacio exterior, al no existir rozamiento, la forma de los cuerpos es indeferente. No me resisto a comentar, llegados a este punto, uno de los diseños más logrados del cine de ciencia ficción: la nave Discovery. Posteriormente se han realizado diseños de naves que pueden considerarse más elaborados, más complejos, más espectaculares. Pero, en mi opinión, la Discovery es la mejor muestra de lo que podríamos llamar ingeniería espacial virtual. El diseño presupone la construcción en el vacío, es decir no hay que lanzar la nave desde la Tierra, con lo que no necesita tener forma de cohete. Esto también lo aprendimos en la película. Por otro lado, el diseño parte de la idea de un largo "espinazo" que une los dos extremos de la nave: la sección de los motores y el habitáculo de la tripulación. La justificación de mantener esa larga separación es la de que los motores funcionaban con energía nuclear y era conveniente mantener a la tripulación a salvo de posibles escapes radiactivos. La parte delantera del vehículo, la cual constituía el módulo de control y habitáculo de la tripulación, es otra maravilla de diseño que comentaremos en otra ocasión.
¡Dios mío!, ¡Está lleno de estrellas! Estas son, oficialmente, las últimas palabras de Bowman. Las pronuncia cuando, durante la exploración del gran monolito que orbita Júpiter, este se abre por un extremo, convirtiéndose en una especie de túnel que permite a Bowman y su cápsula exploradora viajar a otro punto del universo donde, supuestamente, le esperan los creadores del monolito. 
Este viaje a través del túnel espacial, precursor de los viajes por el hiperespacio, los agujeros de gusano, los stargate y todos esos atajos para viajar más rápido que la luz, que se han expuesto en filmes posteriores, es quizá, la parte más controvertida de la película. A mucha gente impresionó, pero a otros fastidió. A algunos les supuso una experiencia sensorial, a otros les aburrió. A mí, personalmente, se me hizo un poco largo la primera vez que vi la película. Pero hay que reconocer que, visualmente, es un episodio muy trabajado. Quizá Kubrick quería mostrar precisamente esto, el desaliento de un viaje tan largo por los años luz.
Pienso que, en general, la historia está bien resuelta, bien contada a varios niveles, y los desafíos formales y narrativos que plantea el argumento, gestionados con maestría.
Por último, la atmósfera de quietud, ese tempo lento que a veces es reflejo de la serenidad y grandeza de ese universo al que nos asomamos, y otras veces es reflejo de la frialdad racional de unos hombres del futuro que dedican un buen trozo de sus vidas a deambular por el espacio en busca de soluciones al gran acertijo de la existencia y del cosmos, son la contrapartida necesaria a la grandeza de la epopeya que se representa . La sensación de sobrecogimiento que se experimenta al sentir bajo nuestros pies ingrávidos el abismo de la nada. Todo ello, tan bien representado en el film, y todo lo demás que hemos contado, hace que, inexcusablemente, considere a 2001: odisea espacial, una obra maestra.


1 comentario:

  1. A mí 2001 siempre me ha gustado mucho, sin entenderla del todo, como dices al principio. Pero me resulta tan impactante y emocionante, que me encanta verla. De hecho, creo que es la película que más veces he visto.
    Y ahora, después de leer tu análisis, me gusta más todavía. Vamos, que en cuanto tenga un rato me pongo a verla otra vez.

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